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Dos ecuatorianos desarrollaron uno de los software gratuitos más descargados del mundo y crearon su exitosa empresa, Palo Santo Solutions.

Texto: Elisa Sicouret
Tomado de In-Lan, Abril 2009

A lo mejor los creyeron locos cuando, en 1998, los hermanos Édgar y José Luis Landívar (34 y 32 años respectivamente) decidieron abandonar sus trabajos nada menos que en el gigante tecnológico Hewlett Packard para regresar a su natal Ecuador. Diez años más tarde, ellos han demostrado que despedirse de Silicon Valley para volver a casa no fue tan descabellado.

Expertos en Ingeniería Eléctrica y Computación, estos guayaquileños se fueron a estudiar y a probar suerte en los Estados Unidos a inicios de los ’90. HP contrató a Édgar como consultor y le ofreció un puesto fijo a José Luis, que se graduó en el MIT de Boston. Como si hubiesen tenido una bola de cristal, ellos previeron que el boom de las punto.com no se sostendría por mucho tiempo y fue así que en sus escasos ratos libres empezaron a planificar lo que un año más tarde se haría realidad: su propia compañía, Palo Santo Solutions, con sede en Guayaquil.

Palo Santo ofrece soluciones tecnológicas para pequeñas y grandes empresas. Al inicio vendían paquetes de Linux, Unix y Asterisk, una aplicación de software libre para centrales telefónicas a través de internet (tecnología conocida como Voz sobre IP o VoIP). Estos programas eran absolutas novedades en el incipiente mercado informático de Ecuador y es por eso que “al principio nadie entendía bien lo que vendíamos”, cuenta José Luis. “Fue difícil sembrar la idea. Presentamos los productos en algunas ferias tecnológicas y las personas nos preguntaban: ‘Bueno, ¿cuánto cuesta el computador?’ o ‘¿Viene con impresora?’. Fue un poco frustrante al principio”.

El primer año facturaron menos de 50 mil dólares, pero para el 2008 sus ventas alcanzaron el millón de dólares. ¿El secreto detrás del acelerado crecimiento? Los Landívar notaron que Asterisk y otros productos de su clase no tenían un formato amigable y tampoco se amoldaban a las distintas necesidades de las empresas. Así que, junto a su equipo técnico compuesto netamente por expertos ecuatorianos, adaptaron el software de Asterisk para que fuera capaz de satisfacer las necesidades específicas de cada cliente. El resultado fue Elastix, uno de los software gratuitos de voz sobre IP de mayor crecimiento en el mundo, que ha sido traducido ya a 19 idiomas y cuenta con más de mil 500 descargas diarias. En varias ocasiones ha superado incluso en downloads a su principal competidor, TrixBox.

“Actualmente nos visitan usuarios de 197 países y tenemos presencia de distribuidores en lugares como Estados Unidos, Canadá, Polonia, España, entre otros”, dice José Luis. La ventaja de este producto frente a las centrales tradicionales, PBX, es que, a través del computador, conecta las líneas telefónicas que se deseen, sin que haya que pagar licencias por cada extensión adicional. Tampoco requiere de tarjetas especializadas para las centrales. Entre sus clientes más importantes están la Presidencia de la República del Ecuador, el Ministerio de Transporte de Bolivia, Usinas y Transmisiones Eléctricas de Uruguay y Rhino Technologies de Estados Unidos.

Palo Santo brinda consultorías para el uso de Elastix a un valor de 65 dólares la hora y tienen clientes en lugares remotos como Pakistán o Rusia, a quienes asisten vía chat. Han complementado el software con una consola especial para Elastix y los paquetes de las centrales fluctúan entre mil 500 y 100 mil dólares. “Ahora ofrecemos cursos oficiales de capacitación y certificación Elastix en Madrid, Ciudad de México, Bogotá, Lima, Quito y Miami”, cuenta Édgar.

Aunque la crisis financiera mundial continuará azotando duramente en el 2009, los hermanos Landívar creen que para Palo Santo será un buen año. “Al ser soluciones telefónicas que no necesitan licencias de ningún tipo, creemos que nuestro producto tendrá un repunte importante”, afirma José Luis. De hecho, tienen previsto facturar alrededor de un millón 800 mil dólares, un 80 por ciento más que el año anterior.

Pero las cifras no son lo que más motiva a estos expertos. Para ellos, ser reconocidos a nivel mundial como un negocio 100 por ciento ecuatoriano es una meta por lograr. “Yo creo que todavía no se identifica a Elastix como una solución ecuatoriana, aunque de vez en cuando algunos sí se sorprenden de que sea un producto de Ecuador. Hay que trabajar en eso”, dice Édgar.